Todo lo que puede ser mal interpretado, es mal interpretado siempre.

HAY QUE ESCUCHAR A ESA GENTE

"Santos el de Valderdín estaba una noche, de la cruel guerra incivil, jugando a las cartas con un amigo que era enemigo, es decir, del otro bando. Llamaron a la puerta, venían a por él, y su enemigo salió y les dijo que no se les ocurriera hacer el más mínimo daño a quien le había dado cobijo durante un mes cuando escapaba de las iras de quienes le seguían a él.
A Santos jamás se le ha olvidado aquella partida de tute y cuando hablas con él de su tranquilidad, de tener diempre su puerta abierta con un café caliente para quien pase por allí y llame siempre dice la misma frase: "Nunca veo la necesidad de hacer daño a nadie".
Humildad, amañesa de Socil, perdió un hijo a manos de ETA. Era el que había tenido suerte, el que había podido salir del pueblo y el arado, de cuidar las ovejas, y un día una bomba explotó bajo su coche y le segó la vida. La suya y la de Humildad, que apagaba la televisión cuando comenzaban las noticias. No soportaba escuchar que a otra madre le había tocado sufrir lomismo que a ella.
Un día, después de mucho tiempo de conversación sobre Omaña, la ganadería, los pueblos... nos atrevimos a preguntar por aquel momento y respondió con una pregunta: "¿Sabe usted por qué les estorba que haya gente en el mundo?".
Habrá que escuchar a esa gente."



LA CRONICA DE LEÓN. 22 de febrero 2011
Mauricio Peña
Fulgencio Fernández

UN CANTO A LA BELLEZA

MARIO VARGAS LLOSA - Premio Novel de Literatura 2010:

Todas las flores del desierto están cerca de la luz. Todas las mujeres
bellas son las que yo he visto, las que andan por la calle con abrigos
largos y minifaldas, las que huelen a limpio y sonríen cuando las
miran. Sin medidas perfectas, sin tacones de vértigo. Las mujeres más
bellas esperan el autobús de mi barrio, o se compran bolsos en tiendas
de saldo. Se pintan los ojos como les gusta y los labios de carmín de
chino.

Las flores del desierto son las mujeres que tienen sonrisas en los
ojos, que te acarician las manos cuando estas triste, que pierden las
llaves al fondo del abrigo, las que cenan pizza en grupos de amigos y
lloran solo con unos pocos, las que se lavan el pelo y lo secan al
viento. Las bellezas reales son las que toman cerveza y no miden
cuantas patatas han comido, las que se sientan en bancos del parque
con bolsas de pipas, las que acarician con ternura a los perros que se
acercan a olerlas. Las preciosas damas de chándal de domingo. Las que
huelen a mora y a caramelos de regaliz.
Las mujeres hermosas no salen en revistas, las ojean en el medico, y
esperan al novio ilusionadas con vestidos de fresas. Y se ríen libres
de los chistes de la tele, y se tragan el fútbol a cambio de un beso.
Las mujeres normales derrochan belleza, no glamour,desgastan las
sonrisas mirando a los ojos, y cruzan las piernas y arquean la
espalda. Salen en las fotos rodeadas de gente sin retoques, riéndose a
carcajadas, abrazando a los suyos con la felicidad embotellada de los
grandes grupos.
Las mujeres normales son las auténticas bellezas, sin gomas ni
lápices. Las flores del desierto son las que están a tu lado. Las que
te aman y las que amamos. Solo hay que saber mirar mas allá del
tipazo, de los ojazos ,de las piernas torneadas, de los pechos de
vértigo. Efímeros adornos, vestigios del tiempo, enemigo de la forma y
enemigo del alma. Vértigo de divas, y llanto de princesas.
Las verdadera belleza esta en las arrugas de la felicidad...